De puntillas y sin ruido caminaba azorada, de esquina a esquina del anden. Las gotas de sudor perlaban su frente, a pesar del frío hiriente que azotaba sus huesos.
De repente lo escuchó a lo lejos y su ansiedad creció a pesar de ver cercano el fin a su larga espera. Vió acercarse el tren, en cuanto este hubo parado subió con premura, deseando poner tierra de por medio al dolor sufrido en su cuerpo y en su corazón. Cargada con una pequeña bolsa de mano y golpes en todos los puntos de su cuerpo, avanzó por el vagón rumbo hacia su nuevo destino.
No quedó tranquila hasta que el tren emprendió la marcha, entonces cayó en un profundo sueño que la trasladó a la niñez, cuando entre los brazos de su padre reía y era feliz.
Sara, la protagonista de esta historia, nació en un pequeño pueblo de la costa gallega, para mantenerlo en el anonimato le llamaremos Fencos
. Escondido entre uno de los recovecos de la Costa da Morte, un pueblo de belleza singular.
Capitulo 1
Amanecía despacio sobre las amapolas y las verdes hojas de los frutales, que se perdían ante sus ojos. Sara disfrutaba los rayos del sol que poco a poco calentaban la punta de su nariz y removiéndose bajo su abrigo acomodaba su tibio cuerpo abrazándolo con fuerza.
Las golondrinas juguetonas, alegraban con sus nerviosos trinos la mañana y la acompañaban en su paseo matutino. El camino era largo y pedregoso, pero la paz que se respiraba aquella mañana le daba fuerzas para llegar al final. Porque era eso lo único que ella necesitaba, paz en su alma y en su vida. Se sentía fuerte, se sentía capaz de todo en aquel entorno . Se sentía libre, que palabra tan hermosa..¡LIBRE!
Después de su reconfortante paseo llegó por fín a la casita de madera. Entró y cerró tras de si la puerta. La abrazó el calor de su lumbre encendida.
Que bonita era su casita y que entrañable el paisaje que la rodeaba. Disfrutaba cada momento en aquel lugar y cada situación de su nueva vida.
Si,todo era hermoso a su alrededor y dentro de ella también, pero el dinero se acababa y pronto debería buscar trabajo. Bueno, no le importaba , mientras siempre pudiese volver allí a descansar de un largo y duro día
Un interesante currículum y muchos años de experiencia le abrirían caminos allá donde fuese. Estaba decidida , mañana se pondría manos a la obra. Y con esta nueva ilusión en su pensamiento, se quedó plácidamente dormida frente al calor de su hogar, mientras afuera bajo el frío de la negra noche aullaban los lobos hambrientos.